mi primer (y casi último) partido

El sábado pasado estuve en mi primer partido en Inglaterra y, dado que ya se acaba la liga, prácticamente será el último. Claro que no fue un partido cualquiera, sino un Crewe Alexandra - Oldham, último partido de la League One (a pesar de su bonito nombre, el equivalente en España sería la 2ªB) en el que el equipo local se jugaba nada menos que la permanencia en la categoría (agradezco a Martín este dato tan trivial: aparte, como me comenta, el pase a la división inferior es catastrófico debido a que ya no es fútbol profesional).
Si estás pensando en una escapada romántica con tu pareja o en llevar a los niños a un lugar divertido, no vayáis nunca a Crewe. Es difícil con toda la historia que tiene Inglaterra, pero en esta ciudad no hay absolutamente nada: apenas una iglesia en ruinas y una bonita plaza sin mucho que ofrecer. Eso sí, parece tranquila para vivir y está cerca de Liverpool (40 minutos) y muy bien comunicada: de hecho, es un centro neurálgico (?) del la red ferroviaria (?) inglesa.
Debido a los estragos que causo a los equipos que visito, hubo aficionados al Alexandra que rogaron que no fuera, pero nada: el sábado bien de mañana estaba ya cerca del estadio para conseguir una entrada (y una camiseta, que se ve que calcularon mal la producción y tienen un stock que no venderán ni ofreciendo apartamentos en Torrevieja).
El estadio está impresionante para la categoría del equipo. Ya hablaré de él en otro momento, pero está formado por tres pequeñas graditas y una enorme que es ella sola más grande que el resto. Y el partido estuvo bien entretenido: la gente de Oldham , aunque no se jugaba nada, llenó toda una grada y animaba sin parar (muchos disfrazados de Picapiedra o Superman)... sobre todo porque su equipo acabó ¡ganando 1-4! Y que conste que no tuve nada que ver, simplemente los Latics pasaron por encima a un Crewe flojísimo en defensa (y en ataque y en el centro, porque aquello era una banda) que parecía tan despistado como yo a la hora de interpretar la importancia del partido.
Pero por suerte hubo final feliz (el rival del Crewe sólo consiguió un empate), incluso para mí, que conseguí hacerme una foto con Gresty the Lion, la mascota del equipo, que debe su nombre a la calle en la que se ubica el estadio. Cuidado que este león (?) no es una mascota cualquiera: ganó un concurso de lucha de mascotas y mantiene una columna de opinión en el programa de los partidos. Casi nada.