chimo lives here

Cuando preparaba esta estancia e incluso cuando llegué a Inglaterra sin todavía techo confirmado, tenía clara una cosa (lo cual en mí ya es bastante): quería vivir o en alguna residencia de la universidad o (quizás influido por una buena canción) en la península de Wirral, una bonita y tranquila zona al otro lado del Mersey, pero cerca (en el tiempo) del centro gracias al tren y al ferry (creo que allí viven Torres y compañía, así que no se debe estar mal).
Y al final hubo suerte: la burocracia inglesa funcionó rápidamente en este sentido y he acabado en una especie de residencia llamada Mulberry Court, en el mismo campus y enfrente de la catedral católica, a unos 15 minutos del centro (teniendo en cuenta que camino lento). Como podéis ver en las fotos, el edificio nunca ganará un premio de arquitectura (aunque a mí el hormigón armado me tira), pero es práctico y además, menos Anfield y Goodison Park, me pilla todo cerca: las facultades, la biblioteca, el gimnasio y miles de bares para ver fútbol (aunque está demostrado que cualquier punto de Inglaterra es cercano a un pub).
Y por suerte no es la típica residencia-campus en la que te obligan a comer fish and chips hasta que le coges el gustillo y en la que tienes que estar en tu habitación antes de que anochezca. Aquí simplemente te dan una habitación (individual, con su cama, mesa, armarios y lavabo) y te ofrecen una cocina compartida con el resto de gente (con el que también debes compartir baño y una ducha un tanto oscura).
Hablando del resto de gente, parece que soy no sólo el único español, sino el único europeo. Todavía no conozco a todo el mundo, pero sólo he conocido a japoneses (uno muy simpático de Urawa, donde los Urawa Reds), chinos e indios (del Gujarat de toda la vida).
No es una alegante casita en New Brighton, pero es bastante cómodo, relativamente barato (70 libras a la semana) y, como el aceite para robots, funcional.

PD: sí, ese edificio que parece la carpa de un gigantesco circo es la catedral.