lunes, 19 de mayo de 2008

visita a white hart lane


Para mis amiguicor, mi madre es conocida (entre otras maneras) como el Demiurgo, la entidad que mueve los hilos del destino del universo. No les falta razón: nos ha conseguido desde Coca-Cola de San Antón hasta un bono de temporada para el circuito de Montmeló y se ha enterado de historias nuestras antes de que las supiéramos nosotros mismos. Su red de contactos es más extensa que la de Berto el de Bertovisión (que igual no tiene mucha vida social) y siempre encontramos alguna posibilidad de aprovecharnos de eso.
Por ejemplo, el domingo pasado (es decir, el 11 de mayo) pude ir gratis al partido Tottenham-Liverpool, último encuentro de la temporada (y mi primer partido de la Premier de mi vida), valorada mínimo (era en una buena zona) en unas 50 libras. Todo tiene su historia, claro.
Juande Ramos nació en Pedro Muñoz, un pueblo de Ciudad Real, pero siendo niño se fue con su familia a vivir a Elche, donde empezó a jugar al fútbol y, tras una lesión de rodilla, a entrenar. Así que, por esas casualidades de la vida, Juande tiene su cuenta en el banco donde trabaja a mi madre. Unas llamadas telefónicas a tiempo a Londres (posiblemente amenazaron) consiguieron que Juande dejara una entrada para el partido en un sobre a mi nombre en las oficinas de White Hart Lane.
Pero claro, la entrada estaba, pero había que ir a por ella. Y no era tan sencillo, porque vivo en Liverpool, en la otra punta de Inglaterra. Si el partido era a las tres de la tarde, había que pillar el único Virgin Train razonable (había otro, pero con tres trasbordos) que salía el domingo por la mañana y llegar a eso de la una y media a Londres. Eso fue fácil (incluso divertido, porque pasé al lado de Villa Park y por Milton Keynes).
Luego había que desplazarse en metro desde la estación de Euston hasta la de Seven Sisters, la más cercana al estadio. Pagué las cuatro libras que me dolieron en el alma, bajé escaleras, corrí por pasillas, descifré carteles y cuando debía llegar al andén de mi línea, simplemente no estaba. Mi cerebro tardó en asimilar por qué había una pared tapada con una lona cuando debía haber unas vías de metro, pero la cosa era más sencilla: estaban arreglando justo la línea que necesitaba justo el único día que la iba a usar.
Faltaba hora y media para el partido, así que no había tiempo para tonterías. Pregunté a un señor con una chaqueta del Tottenham qué debía haber, pero no me dijo gran cosa (o no le entendí). Luego seguí a un tipo con la camiseta del Liverpool en uno, dos y hasta tres cambios de metro y por fin llegué a la famosa Seven Sisters.
Eran más o menos las dos, pero todavía quedaba mucho por andar. El camino era fácil, una larguísima recta, y si había dudas con la dirección sólo había que seguir a la gente vestida de blanco o de rojo. No he leído ningún estudio social sobre la gente que vive en Tottenham, pero era muy curioso que todas (pero todos) las personas con las que te cruzabas eran negras (o afroinglesas, siendo políticamente correctos). Eso sí, dentro del estadio no había casi ni uno.

Por fin, tras media hora de camino llegué a White Hart Lane. Pero, claro, ¿dónde estaría el sobre? En España estaría en la puerta de acreditaciones o algo así, pero ¿en Inglaterra? Di la vuelta a todo el estadio, pasé por la entrada VIP, la de prensa y similares, pero ninguna parecía ser la adecuada. Faltaba como un cuarto de hora, pero tenía el viejo truco: preguntar al pobre chico de chaleco fosforito con mucho que perder y poco que ganar.
El pobre chico de chaleco fosforito con mucho que perder y poco que ganar fue mi salvoconducto por puertas y verjas custodiadas por gente muy grande y con cara de mala leche, hasta llegar por fin a la puerta deseada (que por supuesto habría sido la más cercana si hubiera dado la vuelta al estadio en el sentido cercano). Allí una chica (ya más bien señora) me hizo escribir mi nombre y tras comprobar que era el mismo escrito en el sobre, me lo dio.
Yo, desconfiado, lo abrí, no fuera que sólo escondiera una nota con la palabra "pringao"; pero no, había una entrada (y de las buenas, en lo que sería la tribuna, el West Stand) y gratis, cortesía de Mr. Ramos.
Así que, más feliz que Bruce Willis en Semana Santa, entré al estadio, ocupé mi sitio (apartando a cuanta señora gorda se me interpusiera) y me dispuse a disfrutar del ambientazo. Era el último partido de liga y ninguno de los dos equipos se jugaba nada, pero el estadio estaba lleno y las dos aficiones (la de los reds estaba muy cerca de mí) no paraban de cantar (no sé si es porque el estadio es más cerrado, pero había veces que dolía la cabeza de tanto ruido).
El partido en sí no hará historia, pero Voronin y Torres marcaron dos golazos y la gente acabó contenta recordando la League Cup que han ganado este año y con la vuelta de despedida que dio el equipo cuando acabó el partido. Pero si hubo un ganador en la jornada, ése fui yo (bueno, no: el viajecito en tren no fue especialmente barato...).
Ahora sólo falta que el resto de entrenadores de Inglaterra abran una cuenta en el banco de mi madre...

6 comentarios:

  1. ¡Cabronazo!, ¡deja de darnos envidia, por lo que más quieras!

    PD: próximamente, en la pantalla de tu correo electrónico, un correo de los cosmogónicos.

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  2. Joe, si llega a estar escrito lo de Pringao, la historia hubiera sido mucho mas divertida.

    Que quieres que te diga...

    Queremos ese estudio social ya¡¡¡¡

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  3. Vayas contactos tienes, viendo partidos de la Premier por la patilla, grande Chimo.

    Puede publicar un libro sobre los trenes ingleses.

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  4. eh, han pasado los días y no llega el correo de los cosmogónicos!

    city: lo único que sé de los trenes ingleses es que hay la tira de compañías y que no me aclaro muy bien entre ellas. eso sí, todo está muy bien conectado... menos liverpool con derby

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  5. Pues no, no hay correo. En serio, ando de un liado que no te lo imaginas (o sí: estoy finiquitando la puñetera tesina).
    Ruego disculpas.

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  6. lo primero es lo primero, fer! ardemos en deseos de saber si el castillito ése estaba ahí o no! (según yo de eso va tu tesina)

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