jueves, 10 de abril de 2008

viajes por fútbol 7: getafe



Es normal que Beckenbauer no supiera dónde estaba Getafe. No está incluido precisamente en el paquete turístico del Madrid de los Austrias, ni en el de El Escorial-Valle los Caídos. Hasta donde se sabe, tampoco hay grandes parques temáticos, ni zonas recreativas, más allá del Cerro de los Ángeles. No, a Getafe no se va. A Getafe se vuelve, sobre todo de trabajar de la capital, que está a sólo unos minutos en tren. Y no es una mala elección para fijar hogar: sus calles son tranquilas, hay muchos parques y, a falta de joyas arquitectónicas, sus casas parecen cómodas y seguro que son mucho más baratas que en el centro de Madrid.

Al menos así era Getafe hace unos años. Una antigua ciudad industrial reconvertida en ciudad dormitorio pegada a Madrid y sin mucho que ofrecer al viajero. Normal que Beckenbauer no supiera dónde situarla. Poco a poco, la cosa está cambiado gracias a su equipo de fútbol, que ha pasado en unos pocos años de jugarse el descenso a 2ªB a profanar templos como el Allianz Arena. Puede parecer una tontería, pero el fútbol te da un impacto mediático y una publicidad que no se consigue tan fácilmente por otras vías: hay demasiados locos atentos a ese deporte por todo el planeta y cuando tu equipo juega contra el Madrid o Barça tu nombre aparece en el más oscuro periódico de Australia. Algo así dijo el propio presidente del Getafe: "si tu equipo es de primera, la ciudad debe ser de primera".

El Getafe ha puesto a Getafe en el mapa, pero todavía no acaba de creerse su nueva condición. Como hemos dicho, todo va poco a poco. Como una metáfora de la propia ciudad, todo lo que le rodea es tranquilo, cercano, como si no hubiera abandonado su condición de equipo cercano al pueblo. Se ve claramente en su estadio, que se construyó pensando en una realidad más modesta (caben en él unos 17000 espectadores) y que posiblemente hoy llevaría otro nombre distinto al de Coliséum Alfonso Pérez (con todo el respeto por el jugador que tanto nos hizo gritar).
Desde el tren se llega a él atravesando tranquilas calles con chalets y parques, edificios en silencio y gente que disfruta la tarde del domingo paseando o charlando pausadamente en la acera. Dentro del campo, los pasillos son cómodos y amplios, llegar a tu asiento es sencillo, hasta conseguir algo del bar no es tarea imposible. Es un estadio tranquilo. Pero ni mucho menos feo: los semicírculos que forman las gradas le dan un toque muy característico y reconocible, en paralelo con el techo que cubre la tribuna principal. Las torres de iluminación, tan clásicas, contrastan con el dinamismo de la construcción y desde el fondo se puede disfrutar de un bonito atardecer sobre Madrid.

Así que todavía no se acaban en Getafe de creer lo que supone tener un club grande. Todavía tienen la actitud relajada y feliz de los que no sufren por los grandes objetivos. Será cuestión de tiempo si las cosas siguen igual de bien. Pero casi sin que sus aficionados se enteraran, el Getafe ha puesto a Getafe en el mapa.

3 comentarios:

  1. A mi tampoco me parece un campo feo, lo que pasa es que siempre hay mucho asiento libre pero no esta nada mal, hoy sera una maravilla verlo.

    Uno de esas promociones para evitar el descenso a 3ª la jugo contra el Huesca, y como podéis imaginar nos fuimos al pozo nosotros. Nos metieron 4 o 5 en su estadio antiguo.

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  2. Llevo asistiendo al Coliseum de forma ininterrumpida durante seis años seguidos y tal y como afirmas se trata de un estadio muy cómodo y espacioso para el espectador. Lástima que entradas como la del Bayern solamente se repitan una vez al año. Da gusto ver tanto ánimo y colorido.

    Un saludo.

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  3. jo.. el estadio de las margaritas era, no? sí, es una lástima que esté casi siempre vacío, pero si el equipo sigue así, quizás pronto se quede pequeño.

    un saludo, pablo, gracias por el comentario

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