lunes, 31 de marzo de 2008

viajes por fútbol 6. liverpool (anfield)




Hay ciudades que no necesitan grandes catedrales, ni ruinas romanas, ni jardines o castillos para ser irresistibles. Liverpool, por ejemplo, no es precisamente el rincón más bonito del universo, ni mucho menos. Bombardeada a conciencia durante la Segunda Guerra Mundial y en grave crisis económica a partir de los 70, en la ciudad del Mersey impera el paisaje de edificios modernos, cuadriculados y grises, envuelta en una atmósfera que algunos llamarían moderna y otros directamente aburrida.

Por suerte, la belleza de Liverpool está mucho más allá de esos edificios, calles y construcciones. Comienzo a sospechar que, si fuera demolida toda la ciudad, hasta el (interesante) Liver Bird Building, la belleza de Liverpool seguiría intacta, porque está más allá de cualquier cuestión física y parece que hay varias pruebas de esto.
La magia de Liverpool está sobre todo en su leyenda, por ejemplo, de cuna de los Beatles y la mítica Cavern es una prueba de que la ciudad pasa de lo físico y se centra en lo espiritual: fue reconstruida después de haber sido demolida para construir un hipotético metro (todavía por construir), pero aún así conserva todo su espíritu. Pero también la leyenda del Liverpool FC y su estadio Anfield son parte de esa magia de Liverpool.

Anfield, que en su origen, allá en el siglo XIX, fue el estadio del Everton, también participa, en plan Principito, de esa teoría de ubicar la belleza en cosas inmateriales. Porque en realidad, la mayoría de sus gradas apenas llegan a los 20 años, tras las muchas reconstrucciones que ha sufrido el estadio (la actual The Kop, por ejemplo, es del año 1994). Pero a pesar de eso, no hay apenas rincón que no participe de la liturgia red: desde la estatua de Bill Shankly a la reja del You'll never walk alone y el memorial de Hillsborough. El túnel que te lleva al césped no podría ser más austero, pero pasar por el mítico cartel de This is Anfield te transporta a otra dimensión y a otro momento, a ese campo de hierba que es quizás el único lugar que se mantiene igual desde 1884.
En aras de la competitividad con los otros grandes, el relativamente pequeño Anfield parece que será demolido, dando paso a un nuevo estadio muy cerquita de él. Pero aunque eso ocurra (problemas financieros han parado el tema), la magia de Liverpool se mantendría como siempre... incluso si la ciudad fuera tragada por el Mersey.

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