tributo a la fórmula 1

Hace unas horas, en la soleada Australia, tierra de equidnas, marsupiales y productora mundial de tópicos, comenzó un nuevo campeonato de Fórmula 1. Como no puedo añadir nada a los análisis que indican una lucha encarnizada entre Ferrari, McLaren y Toro Rosso, traigo aquí una canción algo vieja, pero totalmente pertinente: Mazzacane.
Mazzacane, publicada en 2000, fue el primer gran éxito mundial del por aquel entonces novel grupo Incontinencia Materna (a lo tonto, nos estamos haciendo viejos) y está considerada por los expertos como una obra cumbre de la música atonal (si no sabes qué es, tan sólo escucha las voces).

Pero, ¿qué eso de Mazzacane y que tiene que ver con la Fórmula 1? Gastón Mazzacane fue un piloto (el último piloto argentino de la F1), que en el año 2000 fue el compañero de equipo de Marc Gené en el glorioso (y amarillo verdoso) Minardi. Si lo has borrado de tu memoria, como a otros ilustres del volante tipo Tarso Marques o Jors Verstappen, haces bien, porque no es bueno malgastar el espacio cerebral en datos de tal calaña: Gastón no consiguió un solo punto en aquel campeonato (cierto que entonces era más difícil) y fue más famoso por sus accidentes que por sus habilidades automovilísticas (eso sí, tras su paso de campeonato y medio -estuvo medio 2001 en Prost- por la F1, regresó a Argentina, donde compite y tiene hasta su club de fans).

Sobre la canción en sí, no tiene mucho misterio. Musicalmente, sigue la estructura de cualquier típico blues y la letra (en la que aparecen Schumacher, De la Rosa, Gené y nuestro amigo el Verdu) canta la gestas de nuestro piloto favorito. Como nuestra entonación (y el sonido en general) es confuso, aquí puedes leer la letra completa. Y si crees que desentonamos en este vídeo de un ensayo improvisado en enero (por cierto, esa habitación empapelada de cosas de los Beatles es la mía), espérate a oír (aquí debajo) la versión original del año 2000.






Vuelve, Mazzacane: la Fórmula 1 no es lo mismo sin ti.