Tampoco puedo presumir demasiado, pero en mi vida he asistido a partidos muy raros. Por ejemplo, hace un par de semanas estuve en un dramático Elche Ilicitano-Crevillente Deportivo (derrota franjiverde como es habitual) y todos los veranos intento no perderme el Santa Pola-Elche; pero encuentros así, en los que participa uno de tus equipos del alma, no entran dentro de la categoría que hoy queremos comentar. Hablamos específicamente de partidos que enfrentan a equipos semidesconocidos, con los que no se tenga ninguna vinculación especial (salvo una leve simpatía, como mucho), que demuestren en quien va a verlos una pulsión irracional (y quizás enfermiza) por el balompié (así que tampoco cuentan aquellos asistentes a partidos por cuestiones laborales -periodistas, fisios,...-, ya que tienen un incentivo económico).
En ese sentido, recuerdo haber visto partidazos como un Oxford United-Cardiff City (en el fondo, un partido internacional, que en aquel entonces se jugaba en un campo algo más cochambroso). O un Burgos-Logroñés disputado bajo una lluvia torrencial y que acabó con un glorioso empate a nada. O un Oviedo-Langreo (al menos el primero es un histórico y juega en un estadio impresionante). O un Leganés-Gimnástica de Torrelavega (irresistible no ir a verlo estando en Madrid). En Argentina tuve el honor de presenciar grandes clásicos como un Huracán-Arsenal de Sarandí (que no está tan mal, por lo menos eran de Primera), un encuentro a vida o muerte de pretemporada (creo que ni llegó a los 90 minutos) entre Ferro y San Telmo (un modesto equipo de Buenos Aires) o un apasionante Deportivo Español contra Central de Córdoba (de Rosario), disputado en la grandiosa cancha de All Boys.
Pero sin ninguna duda, el partido más friki de mi vida lo disfruté hace más o menos un año. Un partido que ningún verdadero amante del fútbol podría perderse: un Comunidad Valenciana-Perú, jugado en el sin par Martínez Valero. Era una ocasión única de ver a la Selecció (un equipo que arrastra masas de seguidores) en mi ciudad (normalmente juegan en Valencia), tan única que quizás no se vuelva a repetir: al partido asistimos yo, unos cuantos niños (posiblemente invitados), algún peruano nostálgico y un despistado que pensaba que había un concierto de Chenoa, así que dudo que se atrevan a arriesgarse a otro exitazo de taquilla semejante. Valió la pena, a pesar de todo: mucha gente ha visto al Madrid o al Manchester, pero muy pocos hemos disfrutado con el equipo mostaza.
¿Alguien ofrece un partido más raro?
PD: Mis respetos a un tal José Luis, quien lleva desde hace años, en solitario y casi clamando en el desierto, un foro dedicado exclusivamente a la Selección Valenciana. Fuera de bromas, tiene verdaderamente mérito.
Bufff... imposible ver un partido más frikazo, en serio. ¡Y mira que hay posibilidades!
ResponderEliminarEso sí, habría que ponerse un día e ir a presenciar uno de esos gloriosos partidos de la provincia charra, en plan Cantalapiedra-Peñarandés.
Y sentarnos con los ultras.
Para partido friki uno que disputé hace ya diez años, ante el Torrejón Athletic. El delegado del equipo se equivocó a la hora de coger las equipaciones y tuvimos que salir a jugar con los pantalones del equipo femenino, que nos quedaban como calzoncillos ajustados. Tampoco había camisetas para todos (faltaba la del dorsal 11) y el extremo izquierdo tuvo que ponerse una equipación de portero. Nos presentamos sin medias, y tuvo que prestárnolas un equipo que había jugado unos minutos antes en el mismo campo; no teníamos suplentes porque aquel día fuimos los once justos y al descanso, que perdíamos por 4 o 5 goles a cero, nuestro mejor jugador se cabreó y dijo que no jugaba la segunda parte. Además, el medio centro se cabreó con el portero, diciendo que era muy malo, y se empeñó en que jugaría la segunda parte en la portería. El meta titular lo haría de defensa y, como estaba cabreado por la bronca que le habían echado, decidió no tocar la pelota. Y todo esto en medio de una lluvia brutal, tanto de agua, como de goles, porque nos llevamos un saco. No sé si fueron 12, 13 o 14 a cero. ¡Ah!, se me olvidaba. En aquel partido nuestro entrenador no vino, así que el que hizo las funciones de técnico fue el de otro equipo que entrenaba en nuestro mismo campo y que se vino con nosotros.
ResponderEliminar¡Toma partido friki!
dios mío, eso no es un partido, es una serie de catastróficas desdichas... no pueden acumularse tantas desgracias en una hora y media.
ResponderEliminarChimo, tienes que acercarte a ver al Vitigudino, ese si que es un equipo friki, y te pilla muy cerca...
ResponderEliminarPues sucedió. Otro día os cuento cuando nuestro portero se puso a felicitar a un rival que le marcó un gol y se inició una guerra de bolas de barro en mitad del partido.
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