martes, 13 de noviembre de 2007

viajes por fútbol 2: luanco



Salvo periodistas y aficionados del equipo rival, nadie en su sano juicio va a Luanco para visitar su estadio. Es casi obvio: Luanco es un pequeño pueblo (de unos 5500 habitantes) de Asturias, situado en ese pico al norte de la Península que forma el cabo de Peñas. Turísticamente es delicioso: se trata de una pequeña villa de pescadores, donde uno se puede ir a alejarse de todo, quedarse embobado por la fuerza del mar cuando sube la marea (algo violento e incomprensible para alguien acostumbrado a la calma del Mediterráneo), tomar una sidra en algún bar al lado del pequeño puerto o pasear por la bella calle que finalmente te lleva a la iglesia de la Asunción, la iglesia que guarda un Cristo que, según la leyenda, salvó a los marineros del pueblo de una muerte casi segura.
Pero nadie en su sano juicio visitaría la ciudad con la intención de conocer su estadio. Es cierto que, deportivamente, la ciudad ofrece una competición muy curiosa: cada verano se celebra un campeonato de tenis en la playa de La Ribera, que, eso dicen, es único en el mundo. Pero futbolísticamente, la villa no da demasiadas noticias fuera de Asturias. Existe un club, llamado Marino de Luanco, que actualmente lucha por permanercer en 2ªB (curiosamente una categoría superior a uno de los grandes de la comunidad, el Oviedo).
Su estadio, el Miramar, se encuentra en la parte más nueva de la ciudad, no demasiado lejos de la estación de autobuses. El Miramar no es precisamente Maracaná, pero entrar en él supone conectarte con otro fútbol, con otras sensaciones que nunca podrás tener en los grandes coliseos: oler la hierba, pisarla, sentirte dentro del juego.
Entrar en él es fácil, como suele ocurrir en los clubes de esta categoría: me encontraba en la puerta, cuando ésta se abrió de repente y apareció un hombre. Le pregunté si podía pasar y él me respondió entre sorprendido y extrañado: extrañado porque alguien pudiera estar interesado y porque alguien le pidiera permiso en algo que parecía lo más normal y cotidiano.
Y allí me quedé un buen tiempo, solo en el Miramar un domingo por la mañana, recorriendo sus pequeñas cuatro gradas (en realidad sólo una merece tal nombre), que como curiosidad tiene unas pequeñas cubiertas de uralita (o similar) que protegen de la lluvia a los que ven el partido de pie. Allí estuve durante un buen rato con esa cara de fascinación de quien ha cumplido algo parecido a un sueño, de algo que siempre se ha querido hacer y que no se creía posible.
Nadie en su sano juicio visita Luanco únicamente para conocer su estadio. Pero yo tenía una razón definitiva: el Marino fue mi primer equipo en el PcFútbol y a partir de él comencé mi afición por este deporte.

7 comentarios:

  1. El Marino es uno de esos clubs del norte que me gusta por su nombre, junto con el Tropezon de Tanos cantabro o el river ebro.

    Y bueno...delante tuya, tienes al entrenador que le llevo a conquistar la copa de Europa, alla en el lejano 5.0... ;-)

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  2. el tropezón de tanos es mítico (por el nombre del club y por el de la ciudad).
    lo raro del pcfútbol era explicar por qué un pueblito tenía un estadio de 80000 personas y llegaba a la final de la champions. molaría ver a beckham y a del piero en ribadesella o mazarrón...

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  3. Desde que me pasé al Championship Manager esas cosas ya no son tan fáciles. Aunque al Elche lo he hecho ya 5 veces seguidas campeón de liga y tengo a Gattuso como estrella.

    Respecto a lo del Marino, creo que nos encontramos ante el fútbol en estado puro. es una atmósfera que no se puede sentir en un gran estadio, en el que solo intuyes dinero, dinero y más dinero. Actualmente en primera solo queda el Athletic (que además es mi equipo desde que tengo uso de razón, y nunca he sabido por qué) con esa manera de ser.

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  4. Excelente crónica, chaval.
    ¿Creerás que hasta pude oler la hierba del mentado estadio?
    M A N U E L

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  5. Eis Chimo, te paso este link, que como historiador e ilicitano de pro, puede que te interese:

    http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pRef=3723_39_370886__CULTURA-Moffitt-afirma-Dama-dElx-falsa-ibera-lugar-donde-hallo

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  6. Chimo, esto no tiene nombre. Tendrías que haberme dado las gracias por explicarte cómo narices llegar a Luanco (capital del conceyu de Gozón, uy, uy, uy) y por recomendarte los dulces típicos de Asturias.
    ¡Será posible!
    Un servidor, al instalar el PC Fútbol (otra vez el jueguecico de marras), estaba recién llegado a Asturias, así que decidió empezar con un equipillo de allí. Y, en vez de elegir al Marino de Luanco, escogí el Caudal de Mieres: cuyo nombre es antológico, en honor al turbulento río que pasa por allí y que, con mucha lógica, lo llamaron río Caudal.
    Eso sí, pasé del Caudal en cuanto pude y me marché al Cacereño...
    ... y el resto, es historia.

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  7. madre mía, martin: ya no podemos creer ni en la dama. al final va a resultar que las palmeras son de plástico también...

    oh, fernando, te agradezco enormemente tus indicaciones sobre alsa y el feve (unos trenes muy monos). el caudal tampoco está mal, pero yo prefiero el amurrio o el mar menor.

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