lunes, 12 de noviembre de 2007

todo el mundo quiere al globito


El fin de semana pasado se jugó el clásico más especial del sur de la ciudad de Buenos Aires, el que enfrenta a San Lorenzo de Almagro contra Huracán. Hacía muchos, demasiados años (cuatro) que ambos equipos no se enfrentaban (Huracán estaba en Nacional B, la segunda división) y el partido (jugado en el Nuevo Gasómetro) dejó un empate a uno intenso, pero no del todo divertido.
Como español (término demasiado difícil de explicar aquí), mis inclinaciones deberían pronunciarse hacia los santos de Almagro (ahora en el barrio del Bajo Flores), aquel equipo que en los años 40 deslumbraba gracias a dos vascos, Isidro Lángara (un delantero impresionante) y Ángel Zubieta, cuyos goles levantaban las simpatías de la colonia gallega en Buenos Aires.
Pero es difícil no sentir cariño por Huracán. Será su nombre, será su simpático escudo, será su precioso estadio (ya habrá tiempo para hablar de él). Será su historia: porque el equipo de la quema, a pesar de su apariencia humilde, está informalmente reconocido como el sexto grande de la Argentina. Huracán forjó su leyenda en los años 20 del siglo pasado, en la época amateur del fútbol criollo, una década en la que ganó hasta cuatro campeonatos.
Sin embargo, la página más bella de su historia, la que lo ha convertido en un equipo legendario, es algo más cercana: se escribió en 1973. El fútbol, que no deja de ser un fenómeno social, muchas veces entrecruza su realidad con la del resto del mundo y en aquel año los destinos de Huracán y los de Argentina corrieron bastante paralelos.
1973 debería haber pasado a la historia como un año feliz para Argentina. Se daban por terminados siete años de dura dictadura, el peronismo volvía a participar en unas elecciones (llevaba proscrito desde 1955) y arrasaba en ellas y sobre el país parecía abrirse un nuevo capítulo lleno de esperanza y optimismo.
Mientras eso sucedía, estaba eclosionando un equipo que sintonizaba con ese espíritu de apertura. Era un equipo de toque, de calidad, poético, muy diferente al resto de equipos que profetizaban el físico y la táctica y que en la primera vuelta consiguió un promedio de tres goles por partido. Obviamente, se trataba del Huracán dirigido por César Menotti (campeón del mundo en 1978).
Visto desde ahora resulta increíble la cantidad de talentos en aquella plantilla campeona del 73: Jorge Carrascosa (lateral), Chabay (campeón del mundo con Racing), Alfio Basile (el actual seleccionador, de central), el loco Houseman, el inglés Babington, Omar Larrosa (delantero) y Miguel Brindisi, entre muchos otros.
La historia posterior no trató tan bien ni a Huracán ni al país. El equipo de Parque Patricios mantuvo una bella racha en los años siguientes, consiguiendo el subcampeonato en 1975 y 1976 y llegando a las semifinales de la Libertadores en 1974. En los ochenta y hasta la actualidad, sin embargo, se instalaría la crisis, con varias etapas en segunda división. A Argentina, desgraciadamente, no le fue mejor: la primavera apenas duró unos meses (o quizás nunca existió) y el país marchó a la deriva hasta la oscuridad el golpe de 1976, de la que no saldría hasta ocho años más tarde.
Historias tristes interrumpidas por goteos de sublime felicidad. Quizás por eso me gusta Huracán. Además, ¿quién no puede querer a un club con un globito como escudo?

PD: La historia tampoco ha tratado muy bien a su rival, San Lorenzo. Para saber un poquito más sobre la truculenta historia de su antiguo estadio, aquí está un precioso artículo de Juan Baeza (con quien comparto apellido y afición por el fútbol, pero hasta donde sé, nada más) en .Notas de Fútbol.

3 comentarios:

  1. Es que ese escudo, es mitico, y el Hombre y su historia igual(por cierto, mirate lo del Jupiter, un historico equipo barcelones ahora muy de capa caida, como todo el futbol que este fuera del barça por alli, casi casi) que tambien tiene un origen hinchable...

    Me alegre cuando subio(es que el año pasado, subieron los dos que mas queria que lo hicieran, Tigre y Huracan, fue un buen año en argentina, si le unimos que gano el equipo que mas tilin me hace, Estudiantes, y que lo hizo quitandole el titulo al que mas me revienta, el Boca, y de aquella manera...tardara en repetirse la historia, me temo).

    Por cierto, no sigas demasiado al Huracan, que lo gafas, despues de lo tuyo con los canallas...

    ResponderEliminar
  2. Realmente preciosa la historia del Globito. La otra semana hinché por ellos en el clásico ante los cuervos, y la verdad que pese a empatar en el Nuevo Gasometro me pareció que igual merecieron más. De todos modos, este club ha ascendido para quedarse, esperemos que por muchos años, y pelearle los títulos a mi amado Racing :D

    Así pues, por la simpatía que despierta en mi, el Globito ya tiene otro hincha más .... eso si, siempre tras Racing y Platense, que sino me mata el abuelo de mi novia jajaja.

    Un saludo Chimo!!

    ResponderEliminar
  3. martin: me miraré lo del júpiter (y lo del CE Europa, que también me cae bien en cataluña). aunque sea una historia más o menos conocida, tienes que hablar de la historia de ese escudo, que es muy curiosa.
    lo de mi relación con r.central es muy preocupante. lo he hundido completamente... menos mal que existen los promedios y la segunda vuelta. (en argentina me llamarían "mufa").

    garrincha: me alegro mucho de que compartamos afición académica, porque junto con central también hincho por racing.
    y lo de platense no sé... será casualidad pero en todos los estadios pequeños en los que estuve siempre cantaban algo contra ellos...
    ¿tu suegro es argentino?

    ResponderEliminar

el blog de chimoeneas ©Template Blogger Green fue creada por Dicas Blogger.

TOPO