lunes, 29 de octubre de 2007

viajes por fútbol 1: milán

De Milán sales con una sensación bastante contradictoria. Sabes y compruebas que es la ciudad de la moda y del glamour, que es también el lugar ideal para presentar tu proyecto a una empresa puntera. No es una ciudad romántica, como lo pueda ser Venecia, pero su sola mención evoca ya elegancia. Por otro lado, no hay que pasar mucho tiempo en ella para darse cuenta de que es una población dura, gris, difícil, con escasas concesiones a la poesía y en la que reina esa atmósfera de inseguridad (real o no, cierto miedo se palpa a partir de la noche) y desconfianza al otro que se experimenta en otras latitudes. Azotada por el frío de los lagos del norte y con un modo de vida más acorde con Dusseldorf que con Catania, parecería que comparte poco con la típica Italia del sol y mediterránea.
Pero aún así, en Milán se pueden encontrar varios puntos que nos reencuentran con esa imagen de una bella Italia: el Duomo, la Galería de Víctor Manuel II, el Teatro alla Scala. Y, obviamente, San Siro, el estadio de Inter y Milan.
El recorrido en metro hasta el Giuseppe Meazza (el nombre oficial del estadio, en honor al mítico jugador que defendió las camisetas de los dos clubes) resume bastante bien esas contradicciones y tensiones que se viven en Milán.
Desde el centro, llegar hasta el estadio es relativamente fácil, apenas hay que tomar dos líneas de subte, pero meterte en él es reencontrarte con las dificultades de la ciudad: prisas, ajetreo, decenas de gente que camina rápido y sin rumbo aparente, trileros engañadores, señalizaciones insuficientes y una sensación de soledad e indefensión. Sin embargo, salir de la estación de plaza Lotto, es reencontrarse con otro Milán, tranquilo, vacío, verde, ya que el camino transcurre por un paseo entre chalets, árboles y el hipódromo de la ciudad.
Más o menos tras un cuarto de hora andando, uno se topa con una explanada enorme sobre la que se levanta el Giuseppe Meazza. El Bernabéu y el Camp Nou son estadios incluso de mayor capacidad, pero uno se encuentra rodeado de edificios y el otro tiene parte de su estructura bajo tierra, lo que les resta algo de espectacularidad desde fuera. San Siro, no. San Siro está solo en medio de una gran plaza, enorme, fuerte, también contradictorio: rotundo por la maciza estructura de cemento y a la vez ligero por la dinámica de las ondas que forman sus rampas.
Pasear por sus alrededores y rodearlo te embruja, pero entrar rompe algo del romanticismo: son doce euros, aunque suponen una inversión más rentable que la soja argentina. Y ello porque supone conocer por dentro un templo del fútbol, con sus tres anillos de gradas, su fondo azul y su fondo rojo (paradójicamente, el azul es para la afición del Milan y el rojo para la interista), su bello y escasamente rentable techo (tapa la luz solar para un césped que por esa razón debe ser replantado nueve veces al año) y sus lujosísimos vestuarios con televisores de plasma para cada jugador.
San Siro resume, pues, en una sola construcción la fuerza y pujanza de Milán, su riqueza y poder y, al mismo tiempo, su gusto por la elegancia, su cuidado por los detalles. Cuando tras media hora de visita se sale del imponente estadio, uno, embriagado quizás por el síndrome de Stendhal o por recordar que desde aquellas gradas lanzaron una motocicleta, ya no se acuerda ni de los doce euros, ni de que Milán sea fea y posiblemente contradictoria.

4 comentarios:

  1. Chimo, te has superado, no hablas de futbol, haces poesia, precioso, si esta es la serie que anunciabas, un 10 ;-)

    Eso si, reconozco que soy un rata, pero pagar 12 euros para entrar a un estadio, y encima sin ni siquiera ver un partido...(y siendo guia turistico, encima me jode un huevo ver lo que se paga en otros sitios, y lo que pasa aqui...)

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  2. Genial Chimo!!

    Yo iré en breve a San Siro, al partido contra el CSKA de Champions o al duelo con la Lazio del Calcio (probablemente sea éste último), por lo que podré corroborar todo lo que dices, y de paso espero ver una victoria interista jeje.

    Un saludo!!

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  3. pues muchas gracias por los ánimos.
    lo de los doce euros, pues es relativo... si pasas del fútbol es una bestialidad, pero si te gusta... es ¡san siro! el precio incluye la visita al museo (compartido entre milan e inter... no es nada del otro mundo, pero es bonito y tienen estatuas de cera de rikjaard) y un tour por el estadio (por la tribuna principal y los vestuarios -impresionantes, se me olvidó poner la foto, pero luego la pongo- de los dos equipos).

    garrincha: no sabes la envidia que me das, ¡hasta te perdono que seas del inter! yo estuve en septiembre, justo cuando se jugaba el italia-francia, pero obviamente las entradas estaban agotadas.

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  4. wenas lo del tour se puede reservar x internet o no? graciaas

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