domingo, 26 de agosto de 2007
el robo del siglo
Una de las preocupaciones principales de los argentinos (casi tan importante como el fútbol y con conseguir cambio de monedas) es la de la seguridad. Los diarios y la gente suelen hablar constantemente de robos, hurtos y zonas peligrosas y el discurso político de dureza contra la delincuencia suele ofrecer grandes réditos (véase el caso de Macri). En realidad, por lo poquito que conozco(en total en mi vida apenas he vivido cuatro meses en este país), intuyo que la psicosis sobre el tema es mayor que el grado de inseguridad real (que por supuesto existe). Personalmente, no había tenido ningún problema de robos... hasta este sábado, pero sinceramente espero
que todo lo malo que me pase en mi vida sea como esta experiencia.
Resulta que volvía de una fiesta con una amiga (reitero que es una amiga, porque ciertos mexicanos a veces dudan de mi fidelidad) por una calle de Rosario, cuando de pronto varios tipos (tres, quizás cuatro) nos rodearon y empezaron a pedir (no amablemente) que les diéramos todo el dinero.
Obviamente, a priori no parece una situación muy agradable, pero había cosas que no cuadraban muy bien: por ejemplo, que la pistola que empuñaba el tipo que parecía el líder era más falsa que Hugo Chávez haciendo publicidad de un centro comercial. En los bazares venden armas de juguete que en la oscuridad de la noche pueden dar el pego. Aseguro que la que él llevaba no era una de ésas.
A pesar de todo, casi por lástima (a fin de cuentas se habían preparado el asalto) les di algo del dinero que llevaba (poquito, porque me había gastado casi todo en el fútbol) y como se ve que no les alcanzaba (al cambio, eran unos tres euros)empezaron a pedirnos cualquier otra cosa.
A esa altura del partido ya nos dimos cuenta que lo que parecía un robo improvisado en realidad estaba muy estudiado, con un reparto de roles muy interesante: estaba el líder, fuerte y duro que llevaba la pistola (llamémosla así), luego el ladrón amigo que intentaba convencerte por las buenas y el nervioso que intentaba meterte prisa.
Volviendo al desarrollo de los acontecimientos, como no llevaba ni cartera, ni cámara, ni nada de valor y mi amiga se negaba a darles su móvil (ella adoptó el papel de víctima dura e intransigente), me pidieron las zapatillas que llevaba. Y ahí vino lo mejor de la noche. Yo había escuchado la leyenda urbana de que había gente que llegaba a matar por unas zapatillas buenas, así que fui consecuente con eso y alargué hasta más allá de lo permitible socialmente la vida útil de mi calzado. Es decir, que aquellas flamantes Adidas blancas estilo 80 se habían convertido después de un año en unas cosas mugrientas y totalmente desgastadas, de las que no me dio mucha pena desprenderme (de hecho, las iba a tirar en dos días)*. Lo peor no fue eso: resulta que desde mis tiempos de corredor de fondo llevo unas plantillas para evitar lesionarme (tengo el arco plantar muy pronunciado, pero eso no me impide ser humano), que son realmente importantes para mí, pero que no son muy útiles para el resto del mundo. Surrealista es poco para explicar la situación de un tipo sacándose las zapatillas tranquilamente, quitando las plantillas de dentro y explicándole a unos chicos que lo apuntan con un arma de juguete que uno es un corredor y que un médico de Barcelona le hizo esas plantillas especialmente para él. ¡Y con las prisas que tenían se habrían ido con solo una zapatilla sino les hubiera recordado que faltaba la otra!
La vuelta fue tremenda por las risas que nos pudimos echar con todo lo que había pasado y porque aparte pude imitar a Paul McCartney andando descalzo por la calle.
Mi conclusión sobre los ladrones: tienen una buena base, pero todavía necesitan pulirse mucho. El reparto de papeles estaba bien realizado y era creíble, pero deben cuidar muchos otros detalles, como la ropa que llevaban (demasiado elegante) y sobre todo un arma algo menos falsa. También deben clarificar mejor sus objetivos: fueron a por mis zapatillas moribundas y ni se fijaron en las nuevas
y llamativas Pumas de mi amiga. Pero como dije, la base la tienen.
Mi conclusión personal: perdí algo de dinero y unas zapatillas que iba a tirar mañana, pero gané risas para toda la vida.
*Esta historia me recuerda a la típica de las películas del policía al que le quedan dos días de servicio, que explica a su compañero lo ideal que será
su jubilación y que muere en la escena siguiente.
En la foto, de justo hace un año, se ven las famosas zapatillas cuando estaban nuevas y relucientes. Quién sabe dónde estarán ahora... apuesto a que en la basura.
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¡Vaya historia, Chaval!
ResponderEliminarBienvenido a la vida surrealista de América Latina.
Por cierto, ¿seguro que era una amiga?, ¿"amiga" o amiga?
Un abrazo,
M.
"Mi conclusión sobre los ladrones: tienen una buena base, pero todavía necesitan pulirse mucho. El reparto de papeles estaba bien realizado y era creíble, pero deben cuidar muchos otros detalles [...]. También deben clarificar mejor sus objetivos [...]. Pero como dije, la base la tienen".
ResponderEliminar¡Joder, Chimo, más que contarnos un robo parece que estás realizando una crítica literaria!
(Te ha faltado soltar algo sobre epistemología, sociolingüística o psicomotivación).
En fin, menos mal que no hay que lamentar más víctimas que unas Adidas viejunas (genial la excusa de las plantillas).
manuel: estaba seguro de que ibas a preguntar si era amiga o "amiga" que aposté una copa de 100 guineas a que lo dirías. confirmo que era amiga sin comillas, que uno es un caballero.
ResponderEliminar(lo de las 100 guineas tiene su historia)
fer: viejunas es decir algo bueno de aquellas zapatillas... aquello era una cosa harapienta casi sin suela.
y como ayer me pasé el día sin usar plantillas, hoy tengo unas agujetas (es español de españa) tremendas en los gemelos...
Hum, te falto una puntuacion, digamos en base 10,¿como fue el robo, un 5 sobre 10?
ResponderEliminarQue sangre fria, narices...
Chaval: Pues si ya sabías lo que iba a decir, ¡vaya que me conoces! (¿o será que te sientes culpable de algo?). Vale, si estás tan seguro de tu honestidad, ¿qué te parece si nos jugamos algo? Vamos a ver, si eres fiel, el Elche sube a 1a la siguiente temporada, y si no, pues eso...
ResponderEliminarUn abrazo.
M.
Ya lo apostó Rajoy en el Congreso: "si es fiel, no le pondrán bombas, y si te ponen bombas, es que no serás fiel".
ResponderEliminarYo confío en que un atentado no destruya nuestro querido Becadero...
jajajaaja!!!me matas che!!! q weno!! después de tanto buscar la famosa entrada... he llorado de la risa!!! t lo juro!! mi perro me mira asustado y todo!! ya te imagino ahí plantado con todo tu pasotismo sacando las plantillas... q weno! eres la caña dulce Chimo! si me prometes darme momentos asi t llevo de guía a nuestra querida Argentina pagando incluso, eres un espectáculo!! (aunq pases de mi en el avión y me pierdas en el aeropuerto...)
ResponderEliminarBESITOSSSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!