lunes, 7 de mayo de 2007

todavía me quedan cosas por hacer



Ahora que me acerco peligrosamente a la edad (27 años) en la que desaparecen las grandes estrellas del rock como yo (Jimi Hendrix, Brian Jones, Jim Morrison, Janis Joplin, Kurt Cobain y otros murieron con esa edad) y que mi instinto suicida crece y se desarrolla con fuerza, le da a uno por pensar (como en el anuncio de Renault) en las cosas que debo realizar antes de mi óbito.
También hay que decir que si el típico camión de Transportes La Zamorana S.L. me atropellase dentro de cinco minutos (cosa bastante probable dada mi poca predisposición a poner atención en los pasos de cebra), mi vida tampoco habría estado mal. A fin de cuentas, hemos escrito libros (en ese sentido, me falta plantar un niño y tener un árbol), creado deportes (muñonbol), organizado tradiciones masivas (superempanadill), grabado varios discos, inventado nuevas palabras y resignificado las que ya existen, he visto jugar a Woodgate y he peregrinado hasta Wembley.
Pero a pesar de todo, todavía me quedan cosas interesantes por hacer. Entre las cuales destacaría (y va muy en serio): subir el Tourmalet en bici, ver un partido en Anfield, besarle la calva a un calvo, realizar un tour por la cuenca del Ruhr, bañarme en el Ganges a su paso por Benarés, correr la maratón de Hamburgo, conocer a George Weah y a Patricia Conde, tocar con Incontinencia Materna ante más de 200 personas, asistir a la representación de La flauta mágica en La Scala, aprender a tocar melodías en modo locrio, hacer de superempanadill una fiesta de interés nacional, recibir clases de sitar en Pune y (sobre todo) vivir del fútbol. Hay que darse prisa porque esto son dos días y uno lo voy a pasar viendo la final de la Champions.

Sobre el anuncio: no he podido encontrar el que sale lo de "vello por dentro", pero éste tampoco está nada mal.

2 comentarios:

  1. A mí me faltan muchas cosas, como escupir a las viejas que se sienten a mi lado en el autobús.
    ¡Es que no lo soporto!

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  2. no hace falta escupir a los pobres señoras. en mi opinión (y soy un experto en la materia), basta con no mirarlas a los ojos o (en el caso de una inevitable conversación) hacer uso de monosílabos: a la quinta pregunta se cansan.

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