viernes, 10 de febrero de 2012

ojalá fuera todo tan simple y bello




Cuando era joven, mucho más joven que hoy, uno de mis ídolos era Brian May, el guitarrista de Queen. Lo sigue siendo ahora: un tipo que con sus arreglos y armonías ha creado un sonido personal y reconocible, que creó su propia guitarra con trozos de una chimenea y una motocicleta, que es doctor en astrofísica y que encima parece buen tipo, merece toda mi admiración. Hace muchos años, cuando estaba en el inicio de mi camino de estrella del rock frustrada, leí una entrevista en la que elegía sus diez solos de guitarra preferidos. Entre ellos (que se pueden consultar aquí), se encontraba el de Nowhere Man de los Beatles. Uno esperaría de un dios de las seis cuerdas que tuviera como referencia solos con 40 semifusas por metro cuadrado, complejísimos ejercicios que necesitasesn siete dedos por mano o armonías sofisticadas y abstrusas para interpretar con gafas de pasta. El solo interpretado por George Harrison no tiene nada de eso. Apenas consiste en el rasgueo de la rueda de acordes de las estrofas (Mi, Si, La, Mi, Fa#m, Lam, Mi), con un sonido áspero y con algo de trémolo de guitarra y un simpático armónico al final. Tan simple que cualquiera puede tocarlo. Pero no le hace falta más para encontrar la belleza, ni fuegos artificiales ni miles de notas que distraigan. Ojalá fuese todo tan simple y bello como el solo de Nowhere Man.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

el blog de chimoeneas ©Template Blogger Green fue creada por Dicas Blogger.

TOPO