viernes, 26 de marzo de 2010

tres y tres de freire


Cuando no esté (y eso será dentro de un año o dos), nos daremos cuenta de lo grande, enorme que es, ha sido, Óscar Freire. Lejos de los focos mediáticos, de las portadas, de las polémicas, de promesas fanfarronas y quejas lastimeras cuando las cosas van mal dadas, Freire ha ido construyendo, en silencio, casi desde el anonimato uno de los mejores palmarés de la historia del ciclismo español. Un campeón no es un relaciones públicas, ni un agente de publicidad. Un campeón ante todo gana carreras y Freire ha conseguido tres mundiales y tres Milán-San Remo, la clásica de las clásicas, el pequeño mundial de primavera por el que cualquier ciclista italiano daría su vida deportiva. Junto el maillot verde del Tour conforman un listado único, casi inigualable y menos en un país como España en el que no abundan los sprinters y en el que se sospecha de cualquier ciclista que no dispute las generales.
Esa mentalidad, obviamente ha perjudicado su reconocimiento. Como quizás también ese perfil bajo que sólo abandona en el momento preciso, en el momento justo para dar el gran golpe. Son ya once años desde que ganó su primer mundial (once años a ese nivel es una barbaridad, por otra parte), en los que, lejos de ir a por todo y a engrosar su nómina con victorias de segundo nivel, ha seleccionado con mimo la pieza mayor a cobrarse. Ese sigilo de cazador tampoco habrá ayudado, como tampoco su estilo de carrera, silencioso, individual, buscando casi siempre solo (más ahora que no tiene a Flecha) la victoria sin un poderoso equipo que le hiciera el tren de lanzamiento.
Su última Milán-San Remo ha respondido a ese estilo. Tras casi siete horas de competición, cuando se preparaba el sprint final, Freire, como en el judo, aprovechó la fuerza de sus rivales, se colocó detrás del Liquigas que trabajaban para Bennati y cuando lanzó el ataque final ya fue inalcanzable para todos: para Boonen, para el propio Bennati, para Petacchi y para el resto.
Los titulares, como siempre, abundaron en palabras como sorpresa, nadie lo esperaba... como si fuera la primera vez... Cierto que, tras una temporada 2009 para olvidar, parecía venirse el declive final, pero supongo que al leer estas noticias, Freire no dejará de esbozar una sonrisa. Algún día, quizás, nos daremos cuenta de lo que suponen tres Mundiales y tres Sanremos.

PD1: Flaco favor le hace Arribas a Freire con esta comparación: "como Contador, como Valverde, como todos los cracks, apenas necesita nada para estar en forma".
PD2: Si hubiera que definir owned con una imagen, sería ésta de Freire ganando su primera Sanremo a un confiado Zabel.

1 comentario:

  1. Pues sí, echaremos de menos a Freire y seguiremos sin saber valorarlo cuando se retire. No me refiero a los aficionados, sino al gran público en general.
    Y lo del ¡zas, en toda la boca! a Zabel es un EPIC OWNED de ésos...

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