miércoles, 9 de diciembre de 2009

pequeña aventura


Seguramente no viajaremos a la Luna, ni recorreremos el Amazonas, ni escalaremos el Annapurna I, pero todos tenemos derecho a una pequeña aventura, aunque sea al lado de casa. El sábado pasado, por ejemplo, mis amigos Manolo y Rafa y yo nos fuimos en bici hasta la vía verde del Maigmó, un paseo de unos 100 kilómetros, partiendo de Elche y atravesando Ferriol (que no El Ferrol), Monforte del Cid y Agost.
La vía verde en sí es una ruta de tierra de 22 kilómetros entre Agost y cerquita de Tibi que se adentra (literalmente) en la sierra del Maigmó y que corre casi paralela al puerto homónimo (?). Y tiene su historia: se trata de un antiguo proyecto de vía férrea que debía unir Alcoy (una importante ciudad de la industria textil) con su puerto, Alicante, a través de un intrincado camino que atravesaría la sierra gracias a numerosos puentes y túneles, facilitando así el comercio y los derbys entre Alcoyano y Hércules. Los trabajos se adjudicaron y comenzaron a llevarse a cabo a partir de 1928. Las obras de infraestructura quedaron completadas, a falta del tendido de las vías y otros trabajos, pero justo entonces estalló la Guerra Civil. Después de la guerra, un informe del Banco Mundial aconsejó que, para la rentabilidad que iban a sacar con el trenecito, mejor dejar las cosas como estaban... y así se quedaron. Hasta que en 2002 se volvió a abrir como una vía verde de 22 kilómetros y seis espectaculares (y muy oscuros) túneles.

Por lo que respecta a nuestra experiencia, todo fue de lujo hasta la llegada a Agost (exceptuando el hecho de que Manolo tuvo uno de sus días negros, con rotura fantasma de su Camelback, rotura de pedal y una caída que Rafa definió como espectacular). Una vez pasado el pueblecito alfarero y con los inicios de la subidita de la vía verde, el hambre empezó a hacer estragos en el pelotón, pero gracias a un oportuno sucedáneo de caramel shortcake, pudimos sobrevivir hasta el momento de comer en serio. La subida en sí no es nada dura, pero sí constante y desgastante con los kilómetros acumulados; pero a cambio resulta muy emocionante pasar por unos túneles donde no se ve absolutamente nada durante un rato que se hace eterno (y menos mal que Rafa llevaba una lintera, que tampoco evitó los tropiezos) y luego regresar de golpe a un paisaje de montaña, luz y árboles.
El regreso estuvo también tranquilo (excepto para Manolo), dejando a un lado un conato de pájara en la pequeña subida antes de llegar a Ferriol (abortada gracias a un Kinder maxi o algo así: ¡gracias, señor Ferrero!). No tengo ni idea de cómo pudimos pegarnos tal cantidad de kilómetros sin entrenar y sin cansarnos más de lo normal, pero hasta donde sé ninguno de los tres dio positivo tras la carrera (aunque la UCI vigila de cerca a Rafa por si acaso).
La única nota negativa del recorrido la puso el final de la vía verde. El camino, como dije, es precioso, con unas vistas espectaculares de Alicante y del mar. Los viaductos y túneles le dan su toque aventurero, el paraje es maravilloso lleno de pinos en plena naturaleza. Así que no se entiende que tras 20 kilómetros de duro esfuerzo y fatiga todo acabe ¡con dos asquerosos contenedores al lado de una autovía! (y todavía tienen lo que hay que tener para poner un cartel que dice fin de vía) Al menos, como dijo Manolo, representa una bonita metáfora: lo importante no es el destino, sino el viaje en sí.

PD: La próxima, si todo va bien, con una nueva (y espectacular) bicicleta.
PD2: Una fotico más: ante el túnel.

1 comentario:

  1. Bueno, pequeña, pequeña no, 100 km son 100 km...

    Aca justo al lado de mi casa pasa(o pasaba) otra de esas vias que dejaron a medio construir, que iba a ir desde alhama-totana al puerto del cartagena.

    ResponderEliminar

el blog de chimoeneas ©Template Blogger Green fue creada por Dicas Blogger.

TOPO