miércoles, 19 de noviembre de 2008

cádiz 2008


Como es tradición desde el año pasado, hace un par de semanas viajé a Cádiz con la excusa oficial de asistir al VIII Seminario Nuestro Patrimonio Común y con la razón oficiosa de volver a ver el Carranza por fuera. La ciudad seguía tan bonita como siempre y este año el (escaso) público (era un viernes por la tarde) tuvo que soportar de mí una aburrida mini conferencia sobre el peronismo de izquierda antes y después de la dictadura.
Por suerte, la simpática (pero seria) organización olvidó por un momento los perjuicios provocados por mi intervención y tuvo a bien invitarnos a una gran cena (carne meshá, revueltos, jamón,...). Porque, como todo el mundo sabe, los congresos, más que aburridas reuniones para debatir temas poco humorísticos, son ante todo quedadas para conocer a la gente que trabaja en el gremio de la historia (por mi parte, por ejemplo, acabé la noche hablando sobre Sindelar y de lo buena que era la selección austriaca de los 30).

Y si el viernes fue el día de trabajar, el sábado fue el día del paseo: de correr por la playa (y bañarme en el mar para ganar una apuesta), de comprarme una camiseta rojiblanquinegra (?) del Cai, de comer pescaíto frito con los amigos, de conocer gatos interesantes, de recorrer todo el paseo marítimo desde la parte nueva de la ciudad hasta el castillo de San Sebastián.
Lo único malo: que el hostal en el que estaba (que resultó ser casi un piso para mí solo) estaba debajo de varias discotecas y no había forma de dormir hasta las tres de la noche. Pero valió la pena (y mucho).

4 comentarios:

  1. Alguno se echaría una buena siesta con tu conferencia, pues haber bajado a la disco hasta que cerraran, te estas haciendo mayor.

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  2. ¿Un hostal debajo de las hipotecas? Dios mío, sí que está mal el mundillo inmobiliario en Cádiz...

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  3. Mira que dejarte subir encima de la catedral...cualquier dia de estos se nos cae...

    Viva el pescaito frito, gloria al Bienmesabe¡

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  4. vale, vale, que me he equivocado, que el hostal estaba arriba, no debajo de las discos.
    si yo habría salido, pero el tren salía a las siete y media de la mañana... y sí me estoy haciendo ya viejo...

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