jornada agridulce

A uno le habría gustado titular esta entrada con algo así como Murcian (o Panocho, que quedaría más auténtico) power, oportunista, quizás, pero que reflejaba mi felicidad ante una gran etapa de ciclismo (empieza a ser preocupante que en una semana haya habido dos victorias murcianas). Al final, sin embargo, acabé la jornada como un cerdo chino: agridulce y sin saber muy bien qué pensar.
La parte dulce vino, obviamente, al principio de la tarde y habría que agradecérsela especialmente a dos tipos: en primer lugar al que diseñó el recorrido del Tour de este año (un tal Jean François Pescheux tiene algo que ver), puesto que hacía mucho tiempo que no se vivía una primera semana tan apasionante. En realidad, no se han dado grandes diferencias en la general, pero cada etapa ha sido disputada como si fuera la última. Y la de hoy además venía con una trampa sorpresa: cuando parecía que todo acababa en una larguísima bajada de 40 kilómetros, ésta se interrumpía a nueve de la meta por un puertecito llamado Saint Jean de Donne, que finalmente resultó decisivo.
Y en segundo lugar a Luis León Sánchez, verdadero hombre del día (al menos, hasta la media tarde), porque estuvo en todas. Antes del momento decisivo, fue uno de los cuatro valientes que intentó una escapa con mucho sabor español (David de la Fuente, Josep Jufre y el italiano Nibali). La fuga resistió el puerto de segunda de Pas de Peyrol e incluso su descenso, pero en la aparente tachuela de Saint Jean fue neutralizada. Sólo que el señor Sánchez no se dio por vencido(ser de Mula, Murcia, tiene que imprimir ese carácter) y se lanzó de forma suicida en el siguiente descenso. Fue demasiado para un pelotón ya reducido, cansado y bien controlado por un Pereiro, que vio a unos metros cómo su compañero de equipo dedicaba la victoria a su hermano fallecido (curiosamente, otro hermano suyo, Pedro León es jugador del Levante...).

Si Luis había conseguido emocionarnos rodando como loco hacia la meta, la parte agria vino unas horas más tarde. Ya desde la mañana, cuando L'Equipe anunciaba que había una decena larga de corredores sospechosos, se estaban formando extrañas nubes que al final irremediablemente descargaron, cuando se comunicó el positivo por EPO de Manuel Triqui Beltrán. Da rabia tratándose de uno de los tipos más simpáticos del pelotón y con una edad (37) en la que ya no necesitaba demostrar nada. Da rabia pensar que se pueda repetir lo de 2006 y 2007, porque tengo la sospecha de que no será el último. Da rabia, sobre todo, pensar que el ciclismo sea uno de los deportes más autodestructivos.

Así que si la victoria de Luis León me reconciliaba con el ciclismo, el escándalo de Beltrán me devolvía a viejos rencores. Agridulce. Definitivamente, es como el amor.

PD: Hay un tal Devolder, del que dicen cosas muy buenas, que no ha hecho ruido, pero se encuentra octavo... habrá que vigilarle
PD2: Hoy han pasado cosas muy importantes, algunas trágicas, pero ojalá se mantenga el pique Kirchen/Schumacher porque puede ser muy divertido