miércoles, 9 de enero de 2008
viajes por fútbol 4: aquisgrán (aachen)
No todos los estadios en Alemania son tan fastuosos y modernos como el Allianz Arena o cualquiera de los que vimos en el Mundial 2006. No todas las ciudades alemanas son grandes conurbaciones plagadas de rascacielos y tecnología (más bien apenas éstas serían la excepción). El estadio Tívoli, donde juega el Alemannia Aachen, entraría dentro de esa categoría de estadios pequeños, añejos, ingleses, vetustos, románticos que uno a priori nunca asocia a las latitudes germanas; de la misma forma que la ciudad de Aquisgrán, a escasos metros de la frontera holandesa y belga, se incluiría también en ese tipo de ciudades de tamaño medio, humanas, paseables y plagada de casas con angulosos tejados a dos aguas.
Se podría decir que Aquisgrán ha sabido combinar su importante pasado con su tranquilo presente. La catedral, con su recargado estilo bizantino y su impresionante tesoro, recuerda que hace unos siglos ésta era una de las ciudades más importantes de Europa (Carlomagno estableció en ella algo parecido a una capital para su imperio y los emperadores alemanes eran coronados allí, hasta el siglo XVI, cuando comprendieron que era un coñazo trasladarse desde Fráncfort hasta tan lejos para una ceremonia no muy crucial). Pero esa riqueza e importancia se combina con un sentido tranquilo y relajado de la vida que tiene su mejor expresión en las varias termas que hay por la ciudad (muy recomendable eso de pasar del frío bañado en agua caliente por unos diez euros).
Su estadio, el pequeño Tivoli, de poco más de 20.000 espectadores, recoge en teoría ese espíritu tranquilo de la ciudad, pero sólo en parte: los días de partido se llena y se convierte en una caldera para animar al Alemannia Aachen, un modesto equipo, sempiterno militante en la Zweite Liga, que el año pasado vivió una de sus mayores alegrías jugando en primera y que hace unas temporadas jugó de rebote en la Uefa.
Se preguntará la gente qué interés especial podría tener para mí un estadio más de los muchos que hay por Alemania y zonas limítrofes. En realidad, se trata de un amor a primera vista: desde que hace unos años vi unas fotos en la revista Guerin Sportivo (que desgraciadamente ya no se recibe en Elche), siempre soñé con visitarlo, por su espíritu cercano, pequeño, íntimo, humano, tan alejado de los monstruosos (y también bellos) estadios de Borussia o Berlín. Y cuando me enteré de que viajaría estas Navidades a Maastricht, creé un poderoso lobby para convencer a mis amigos de las maravillas y beneficios de visitar Aquisgrán.
Y la cosa valió la pena. El paseo hasta Tivoli te lleva desde el centro de la ciudad, atravesando un gran parque donde se encuentran las termas, hasta llegar a la Krefelder Straße, la avenida-carretera junto a la que se construyó el estadio. Y allí, desde un pequeño terraplén que te permite ver el interior del estadio, en la soledad de una tarde-noche del diciembre alemán (aunque sólo fueran las tres), a falta de varias semanas para que las gradas vuelvan a llenarse, ese espíritu íntimo de Tivoli te conmueve, te absorbe y te hace olvidar que sólo estás contemplando un poco de cemento y hierba mientras te empapa la lluvia.
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Joder, Chimo, qué amiguicor más majos que tienes. Seguro que ellos hubieran querido ir contigo al Plantío, y no como nosotros, que te dejamos tirado...
ResponderEliminarEn fin, al menos tienes el consuelo de que en primavera iremos a Las Arribes, tal y como te autoinvitaste. ¡Y lo mismo en Villarino, Fermoselle o pueblos de la zona hallas unos maravillosos patatales con gradas!
Ale, felicidades por la victoria en el derbi...hace un año, hubiera preferido que ganara el Hercules, ahora me decantaba por el Elche, solo para que estuvieras mas contento. Que cosas...
ResponderEliminarhola, fer: en realidad la historia no es tan bonita, porque nos separamos: ellos se fueron a ver un aburrido museo de cerámica o algo así y yo fui a ver un aburrido estadio. así que todos salimos ganando.
ResponderEliminary martín: muchas gracias. desgraciadamente no pude ver el partido, pero dos de mis jugadores favoritos (noel williams y rubén) fueron los protagonistas.