sábado, 20 de octubre de 2007

un burro que vuelve a volar


Como en las películas de Hollywood, mucha gente empieza a correr en la vida para buscarse y encontrarse a sí mismo o para justo la contrario, para escapar de uno. Historias así también suceden, por supuesto, en el mundo del fútbol. En el año 2000 llegó a un modesto equipo de la serie B italiana, el Chievo Verona, un centrocampista brasileño llamado Luciano Siqueira de Oliveira. El extremo diestro pronto se hizo el héroe de la simpática squadra en el año en que, para sorpresa de todos, ascendió a la primera división. Luciano corría y corría incansablemente por la banda, a gran velocidad, una y otra vez, irrepetidamente. Lo haría de nuevo en la serie A, cuando el Chievo logró un increíble quinto puesto. Pero, curiosamente, en ningún diario de aquellos años, en ninguna noticia aparece Luciano alguno. En las aineaciones del Chievo, el puesto de extremo lo ocupaba Eriberto.
La solución del enigma es bastante conocida: Eriberto era la falsa identidad de Luciano, que había adquirido años atrás, en Brasil, bajo la idea de su representante, para rebajar su edad (cuatro años se pudo quitar) y ser más apetecible para los equipos profesionales (de hecho, poco después fichó por Palmeiras y más tarde por el Bologna). Quizá por eso Eriberto/Luciano corría tanto, para alejar el peso y el recuerdo de su vieja identidad. Sin embargo, dicho peso fue demasiado y terminó por aplastar al falso Eriberto, que en el verano de 2002 revela su verdadera identidad.
Quizás fuera casual o quizás ya no existía esa necesidad de escapar de sí mismo, pero a partir de entonces el rendimiento del renovado Luciano (suspensión de seis meses mediante) comenzó a bajar. En 2003 fichó por la Inter, pero apenas pudo jugar cinco partidos de liga y regresó al año siguiente al Chievo. Con el equipo veronés llegaría al máximo (un cuarto puesto, tras el escándalo de Moggi) y al descenso en serie B la pasada temporada, pero Luciano no volvió al centro de la noticia.
Esta temporada, sin embargo, Luciano vuelve a cabalgar como siempre por la banda, recorriéndola una y otra vez hasta el fondo para centrar al área. El sábado pasado bordó su partido contra el Ascoli, con golazo a contraataque. Quizás después de correr tanto para huir de sí mismo, ahora lo hace para reencontrarse.

PD: lo del burro y lo de volar viene por el apodo del Chievo Verona, los mussi volanti.

3 comentarios:

  1. Muy buena anécdota, Chaval.
    Un abrazo.
    M A N U E L

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  2. Si que tiene su gracia, si...¿cuantos años exactamente tiene ahora?

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  3. luciano va a cumplir los 32 el 31 de diciembre. eriberto cumpliría 28...

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