miércoles, 7 de marzo de 2007

¿perdiendo la inocencia?


Hay un momento en la vida de cada persona en la que se sufre un golpe con el que se pierde gran parte de la inocencia original. A partir de ese momento se caen muchas de las certezas, seguridades, esperanzas y fantasías sobre las que se asentaba tu visión de la vida y del mundo y se abre una etapa en la que, al menos en un primer momento, te comportas de forma más temerosa, insegura y desilusionada. Para muchos ese momento llega cuando descubres que los Reyes son los padres (caso de difícil aplicación para el Príncipe Felipe), para otros llegó cuando se enteraron de que la lucha libre no se hacía en serio. En mi caso, cuando descubrí que los pinchazos de la bici se pueden arreglar.
Lo ocurrido ayer en Valencia, con la eliminación del Inter en la Champions, ha podido suponer un shock semejante para el calcio. Todo parecía bonito y perfecto hasta entonces, quizás sospechosamente perfecto: El fútbol italiano parecía haber encontrado en el Inter el claro referente que le había faltado en los últimos años. Un referente inesperado, dada la tradición perdente de este equipo, pero sumamente eficaz: había roto todos los récords de la liga con 17 victorias consecutivas, era un equipo ordenado y con talento, lleno de figuras, al que nadie puede hacer sombra (y menos con la Juve en Serie B y el Milan lastrado) dentro de Italia. El Inter parecía destinado a ocupar para Italia el trono de Europa que se le resiste desde hace 4 años.
Pero las esperanzas y la seguridad del calcio se vinieron abajo ante el rigor y la eficacia del Valencia. Fue un golpe duro: el que era de largo el mejor equipo italiano había sido eliminado por un equipo que en teoría no dejaba de ser un segunda fila en España. Y normalmente la primera reacción a un cambio tan brusco y demoledor es no aceptarlo: eso en parte explica la tangana posterior al partido.
Por suerte, no está todo perdido para Italia. En un año donde todo parece funcionar al revés, donde nada es lo que parece y donde puede ocurrir cualquier cosa, surge una nueva esperanza para la conquista de Europa, tan inesperada como la que podía suponer la interista: la de la Roma de Totti y Mancini que logró eliminar al favorito Olympique de Lyon. Ésa y la esperanza permanente del Milan.

1 comentario:

  1. Burdisso perdió algo más que la inocencia en ese partido, se dejó el tabique. Y Navarro también se dejó algo más que la inocencia, perdió todo respeto de cualquier persona de bien. Menuda forma de pegar y huir.

    Se tenían muchas ganas por Valencia, y el Inter llegó a la eliminatoria crecido por su tremenda superioridad en el calcio y todos esos récords.

    Pero Italia siempre es Italia y aun queda el sempiterno Milan y una atrevida Roma, no es poco ;).

    Saludos :)

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