jueves, 1 de marzo de 2007

bis bald, jan


Entre los años 60 y 70 existió un ciclista, llamado Raymond Poulidor, que ha pasado a la leyenda de este deporte como el eterno perdedor: quedó tres veces segundo en el Tour de Francia y cinco veces tercero, siempre superado por Jacques Anquetil. Y sin embargo, su figura atrae por su romanticismo, porque supo perder con grandeza y dándolo todo en sus intentos.
Gran parte del espíritu de Poulidor (que, por suerte, sigue vivo) parecía haberse reencarnado en los últimos años en Jan Ullrich, el ciclista alemán que se retiró el pasado lunes. Al contrario que su "predecesor", Ullrich sí consiguió la gloria de ganar el Tour, en 1997. Tras la retirada de Induráin y esta victoria parecía que se iba a inaugurar una nueva era en el ciclismo y que Jan, que apenas tenía 23 años, ganaría vueltas a cantidades industriales. Desgraciadamente para él, sí se inició una nueva era en el ciclismo, pero su protagonista fue Lance Armstrong, ganador de siete Tours consecutivos.
En palmarés, Ullrich logró aventajar a Poulidor como eterno perdedor: fue cinco veces segundo en la carrera francesa y una vez tercero. Pero las circunstancias de su retirada, envuelto en la trama de la Operación Puerto, repudiado por su equipo y enfrentado con casi toda la humanidad, hacen que sea difícil que también consiga la mística que envuelva a Raymond.

1 comentario:

  1. No me gustaba Ullrich, aunque lamento la retirada del Poupou del cambio de siglo.
    Siempre pesó sobre él (aparte de sus kilitos invernales) la amenaza del dopaje, la sombra de Amstrong -otra joya que no soporto- y su supuesta falta de ambición.
    Si he de elegir a un distinguido segundón, me quedo con Escartín, aquel que se retorcía en cuanto la carretera se empinaba.

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