en pucela

Hoy (bueno, este sábado) he hecho un viaje relámpago a Valladolid para ver a mi equipo, el Elche. Obviamente (como viene siendo habitual esta temporada) ha perdido (1-0), pero esta vez hay que decir en su defensa que ha sido con un gol ilegal (en su crítica se puede decir que tampoco ha hecho mucho por empatar). Pero, bueno, lo importante ha sido la experiencia de visitar Zorrilla (que si no fuera por el poeta no sería un nombre muy adecuado para un estadio), encontrar viejos (mi antiguo profesor en el instituto y mítico portero del Elche, José Díez) y nuevos (gente del foro Punto Deportivo muy simpática) amigos.
Incluso la entrada al estadio fue emocionante. En principio iba a entrar como invitado por el Elche, pero el sobre de la entrada no aparecía por la sala de acreditaciones. Y mira que insistía e insistía cada pocos minutos a ver si había algún cambio, pero la chica de la taquilla se mantenía inflexible e incólume en su negativa (espero que me den el Pullitzer por la frase). Al final,cuando ya estaba a punto de empezar el partido, un hombre que pasaba por ahí, al ver mi rostro más triste que el de Hugh Hefner sin Viagra, me regaló una entrada (que a su vez le había entregado el jugador Katxorro).
Así que hubo final feliz (si exceptuamos la derrota) y cuando acabó el partido, pude saludar a Joaquín Calderón (futura estrella del equipo y antiguo paciente de mi padre) y hacerme fotos con jugadores como Fernando Niño, como se observa por ahí abajo (Fernando Niño es el que tiene un parecido más que razonable con Santi Millán, el otro futbolista es Katxorro y en la foto todos estamos en pose "aquí estamos tan tranquilos". En la otra foto sale el futuro crack Calderón).