jueves, 4 de septiembre de 2008

muñonbol: una introducción


Pensemos fría y asépticamente en cualquier deporte famoso y seguido. Si, ya a una edad adulta, nos explicaran por primera vez las reglas del fútbol o del baloncesto (ni hablar del críquet), la mayoría pensaríamos que son juegos algo tontos en los que no merecería la pena perder nuestro tiempo y dinero. Pues bien, dentro de esa amplia gama de deportes estúpidos (pero social e históricamente aceptados), el último miembro es el muñonbol, recreación perpetrada por el ingenio de lor amiguicor allá por 1997 para amenizar las tardes de verano y rentabilizar la piscina.
En esencia, el muñonbol es parecido al waterpolo: se desarrolla en una piscina, hay una pelota (más pequeña... y más infantil) y el tema es meter ese balón en una especie de portería. Claro que es más relajado (se hace pie en el suelo y no hay que nadar) y, (lo más importante), no se puede agarrar la pelota con las manos: sólo se la puede golpear con el puño cerrado (o con el resto de partes del cuerpo), razón de la que deriva el nombre de este deporte.
Los partidos se disputan en piscinas de 10 bakayokos de largo por 5 de ancho (el bakayoko, medida oficial, equivale a unos 80 cm), con un hueco semicircular en uno de sus extremos que sirve de portería.
Los jugadores se dividen entre muñonbolistas de campo y portero. En realidad, puede haber tantos jugadores de campo como quepan en la piscina sin provocarse la asfixia mutuamente, ya que no se encuentran divididos en bandos, sino que luchan todos juntos y solidariamente (o eso se espera) por el gol. Antes del disparo final, la pelota habrá tenido que ser pasada al menos dos veces (entre pases, cada jugador puede dar los toques que quiera) y el disparo de gol debe ser directo, sin que se permita el control previo. Además, para que no sea todo tan fácil, los jugadores de campo no pueden traspasar una línea imaginaria ubicada a dos bakayokos de la línea de gol. Por su parte, la función del portero, obviamente, es la de detener los disparos y para ello se le permite también el uso de la mano abierta.
Y básicamente, éstas son las reglas del muñonbol (hay muchas más y más absurdas, como que se permiten disparos directos, sin pases previos, desde el fondo o de la piscina o si la pelota ha alcanzado una altura de 50 metros). Como se observa, es un deporte totalmente estúpido, pero ¿acaso el fútbol no lo es?
En la próxima entrega, descubriremos quién gana los partidos (que tienen una duración totalmente aleatoria). Mientras, aquí está otro vídeo, desde otra perspectiva.

4 comentarios:

  1. "Los partidos se disputan en piscinas de 10 bakayokos de largo por 5 de ancho (el bakayoko, medida oficial, equivale a unos 80 cm)" jajaja me mataste Chimo, tienes una grandeza extraordinaria ;)

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  2. ....?.....

    Para cuando el muñonbol como deporte olimpico? (si esta la marcha...)

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  3. ¡Enorme, Chimo, enorme!
    ¿Para cuándo vamos a llenar el Becadero con agua y ponernos a jugar al muñonbol?

    PD: me adhiero al clamor popular a favor de darle al muñonbol categoría olímpica. Total, si la tienen el voley playa y el curling...

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  4. garrincha: cuando vuelva a casa mido exactamente cuánto es un bakayoko (es lo que mide una de las baldosas blancas que rodean la piscina). me parece una medida mucho más útil que el metro

    martin y fer: habrá que ir paso a paso y primero hacer la real federación española de muñonbol (el reglamento existe en serio, pero lo tengo en españa... ya lo colgaré)
    pero lo más surrealista de este deporte es saber quién gana, que viene en la próxima entrega

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