jueves, 24 de julio de 2008

sastre el erizo


Fue Isaiah Berlin el que hizo famosa una bonita frase de un poeta llamado Arquíloco: "muchas cosas sabe la zorra, pero el erizo sabe una... y grande". Los zorros saben de casi todo: saben cazar de mil formas, saben cómo comunicarse en manada, saber buscarse la vida por su cuenta, evitar las trampas... los erizos (aparte de la llamada del ahorro) no tienen conocimientos tan generales, pero saben algo que les puede salvar la vida ante cualquier ataque: si se encogen y se hacen una bola, no hay garra que pueda pasar entre sus pinchos.
Aunque suelen ser más complejos que estos animales, también las personas pueden clasificarse en uno de esos grupos: o zorras (con perdón), ese tipo de gente con curiosidades muy diversas, que les gusta observar cada caso y a veces acaban dispersándose, o erizos, tipos con las cosas muy claras, sistemáticos y que pueden terminar como dogmáticos.
En el ciclismo, por ejemplo, Carlos Sastre sería un erizo. Un hombre con un palmarés bastante pelado, que por su condición diesel nunca ha brillado ni ha aparecido mucho por la prensa (pero ha obtenido resultados notables en las tres grandes), que en este Tour no había atacado en serio, pero que tenía bien clara una cosa: atacaría en el día decisivo, en el más importante, en la etapa reina de los Alpes. No sólo lo planeó: lo llevó a cabo. Atacó en los pies del Alpe d'Huez y le siguió Menchov. Volvió a demarrar, poco después, y ya se fue solo, imparable, a ritmo, por las míticas curvas del puerto hasta llegar a meta. Etapa y maillot amarillo en el mayor templo del ciclismo: Carlos no sabía mucho, pero sabía lo esencial y se llevó el premio.

La zorra (con perdón) del ciclismo podría estar en el propio entorno de Sastre, ya que podría ser su propio equipo, el CSC. Se trata, sin duda, del equipo más fuerte de este Tour: tienen dos líderes, Sastre y Frank Schleck que aspiran a la victoria final; tienen a la mayor promesa del ciclismo, Andy Schleck, capaz de neutralizar cualquier ataque con comodidad (y quién sabe dónde estaría si no fuera por esa pájara en Hautacam...), controlan el ritmo, tanto en subida como en llano, hacen la selección, infiltran escapados. Saben hacer muchas cosas y luchan por todo: por la general, por las etapas, por el maillot blanco de joven, por la clasificación por equipos.
El problema es que una gran apuesta implica también un gran riesgo: pueden ganarlo todo y pueden quedarse sin nada. Porque tras Alpe d'Huez el Tour quedó con un guión en suspense, con tres escaladores (Sastre, Schleck y Kohl) en podio provisional, defendiendo, en las vísperas de la definitiva y larga crono, una pequeña renta (Sastre saca 1:34 a Evans, cuarto) antes dos especialistas contra el reloj como Evans y Menchov.
La contrarreloj de Saint Amand Montrond, los 53 kms que decidirán la clasificación final de este Tour, tiene una ventaja: convierte en erizos a todos los implicados, porque todos saben que lo único que hay que hacer es correr más rápido que el rival.

Y ojalá Mau se emocione muchas veces más con este deporte

2 comentarios:

  1. Gran triunfo de Sastre. Por eso es tan mítico el Alpe D'Huez, porque saca la grandeza de las figuras.

    A todas luces, se ve insuficiente la ventaja de Sastre, pero eso es mejor para el CSC que los escasos 6segudos que tenía Frank Schleck.

    Y me seguiré emocionando, claro que sí. El esfuerzo de los honestos siempre sera mas importante para mi, que las mañas de los tramposos.

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  2. Pues nada, otro Tour para la saca, aunque las sensaciones que éste deja sean agridulces.
    Los positivos por dopaje de Dueñas y Beltrán han ensuciado al pelotón hispano, mientras que el registro a los Schleck levantó las sospechas sobre el estado de forma de Frank y Andy (¿la mayor promesa, dices?, ¿qué hay de Contador?).
    Sin embargo, he de comerme las palabras: el CSC, tan amarrátegui habitualmente, dejó que Sastre ganara en l'Alpe d´Huez con un ataque de los de antes, a trece kilómetros de la meta, y no a dos o tres, como ahora se estila entre directores timoratos.
    Aún así, me confunde Sastre. ¿Lanza el gran ataque de su vida con 33 años?, ¿por qué no se atrevió en otros momentos, más allá de la etapa de Ax?, ¿qué habría sido de él si dejase de ser una lapa conservadora y calculadora -que lo es, ojo- y hubiese atacado en otras carreras, en vez de limitarse a resistir?
    En fin, que enhorabuena al ganador y a Freire, al que nunca valoraremos lo que se merece.

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