sábado, 19 de julio de 2008

lo posible y lo creíble


Seamos serios (o demagógicos, que a veces no es fácil diferenciar): que tres tipos se hayan dopado en una carrera ciclista no es la mayor de las preocupaciones para el género humano (aunque para mí sea grave, que conste). El Tour, aunque nos ofrezca un bonito espectáculo en las tardes de verano, no nos da de comer, ni de él dependen el fin de las guerras y del hambre. Desgraciadamente, si, como todo el mundo, vemos en el ciclismo un bonito pasatiempo, una excusa para hablar con un desconocido, que tres personas se hayan dopado nos producirá rabia por fastidiarnos una apasionante competición, pero poco más.
Lo malo es cuando hacemos del ciclismo una metáfora de la vida; lo malo es cuando queremos abstraer de las carreras alguna moraleja, alguna lección trascendental. Entonces la cosa es más preocupante. Porque entonces ya no es sólo que un joven italiano verborrágico haya subido los Pirineos como un loco porque se estaba metiendo de todo. Al contrario, entonces (y esto es mucho más grave) es cuando te invade la sospecha de que cualquiera que sea un soñador, cualquiera que se decida a traspasar los límites, esconde una cara oscura y perversa. Entonces es cuando David Millar (un pentito) dice lo de "cuando se ven cosas increíbles, es que no son verdad" pensando en un hecho muy concreto, pero que desgraciadamente se puede generalizar para todo en la vida. Y entonces es cuando uno, todavía dolido y no escarmentado, como cuando descubres lo de los Reyes Magos, se pregunta: ¿de verdad no hay nada más allá de lo real? ¿de verdad no se puede soñar sin caer en la trampa?

2 comentarios:

  1. Como duele que te roben los sueños...

    ResponderEliminar
  2. Más allá de la verdad, lo que realmente fastidia, como dice Martín, es que ya dudaremos hasta de los sueños.

    ResponderEliminar

el blog de chimoeneas ©Template Blogger Green fue creada por Dicas Blogger.

TOPO