ganadores en pirineos

Dos equipos y un hombre quedaron como los grandes vencedores tras la etapa reina en Pirineos, la finalizada en el duro Hautacam. Dos equipos que no podían ser más diferentes. Por un lado, el Saunier Duval, asombroso, espectacular, divertido, algo así como el Brasil 70 en términos futbolísticos. Por si no bastara con las aventuras del histriónico Riccò, ayer consiguieron que dos de sus corredores entraran juntos y solos a meta (y a unos dos minutos del grupo de favoritos). Segundo quedó Juan José Cobo, el Bisonte; primero, un emocionado Leonardo Piepoli, un tipo al que recuerdo cuando era un prometedor escalador en Banesto y al que le costó varios años explotar, pero que ya ha conseguido victoria de etapa en las tres grandes.

El otro equipo ganador fue el CSC. Me sorprendería de que algún aficionado tenga un póster de este equipo colgado en su habitación. Son gente metódica, que nunca alardea, que tampoco protagoniza heroicas escapadas y que para colmo van de blanco y negro. Decididamente, son la Juve del ciclismo. Pero (según la UCI) son el mejor equipo desde 2005. Estadísticamente, sus corredores resultaron completamente anónimos (ni ganaron etapa, ni consiguieron alguno de los maillots, pero su estrategia fue sencillamente perfecta. Con Cancellara escapado en el primer grupo, Voigt impuso un ritmo criminal en la subida al Tourmalet que descolocó a Valverde y Cunego. Éstos, en circunstancias normales, podrían haber enlazado en el descenso, si no hubiera sido porque el repescado Cancellara tiró del grupo como si fuera la última contrarreloj de su vida. Increíblemente, en la subida a Hautacam todavía les quedaban hombres para seguir apostando en varios juegos: Frank Schleck se escapó con los de Saunier en principio a por la etapa (y luego a por algo más), mientras que Carlos Sastre aguantó con Evans y Menchov en un tenso duelo en el que nadie se atrevió a más.

Nos queda hablar del hombre, de Cadel Evans, que se quedó con un precario premio mayor. Schleck, aunque descolgado de los Saunier, subió tan rápido que, para asombro de todos, estuvo a punto de conseguir el liderato de la general. Le faltó un segundo, literalmente: como cerrando el círculo de acontecimientos, Evans consiguió ese segundo de ventaja que le da ahora el amarillo aprovechando un sprint final de Riccò (sí, hasta en eso Saunier fue protagonista).

El perdedor del día, como todo el mundo sabe, fue Alejandro Valverde, que se dejó casi todas sus opciones en la subida (y la bajada) del Tourmalet. A 4:41 del líder, difícilmente podrá luchar por la general, pero esa distancia puede relajar los controles si busca victorias de etapa. Al otro hombre fuerte de Caisse, Pereiro, no le fue mejor, entrando a un minuto de su compañero. Desastre asimismo para Cunego (de quien se esperaba mucho más en la montaña), mientras que outsiders como Devolder o Schumacher dicen adiós a la general.

Varios ganadores y perdedores, pues, tras la gran etapa pirenaica. Los agitadores ganan etapas, los reflexivos comandan la general. Quedan Alpes y la contrarreloj final y allí, por supuesto, sólo podrá quedar uno.

PD: la noticia del día para los españoles no es la confirmación de Sastre, ni el bajón de Valverde, sino ¡ver a Freire escapado a los pies del Tourmalet!