sábado, 5 de julio de 2008

el tour, como cada año


Comienza el Tour. Como cada año (y ya hace una década desde el caso Festina), es el Tour de la ilusión, el Tour de la limpieza, el de la resurrección de este deporte, el de esta vez, sí. Y es posible que así sea: hemos disfrutado, como hacía tiempo que no sucedía, de un Giro tranquilo en lo extradeportivo (y apasionante en la carretera), no se han destapado grandes escándalos, la UCI no ha metido excesiva baza en su puja contra la carrera francesa y por primera vez en mucho tiempo no se habla de tasas de hematocrito sospechosas, ni de abusos de remedio contra el asma. Y si no es posible, dará igual: al menos durante los primeros días olvidaremos todo, como cada año, y nos embobaremos en la televisión con espíritu ingenuo.

Como cada año, sin embargo, no falta la polémica, esta vez capitalizada por el hecho de que el todavía campeón, Alberto Contador, no podrá defender el título por el veto a su equipo, Astaná, que purga sus antiguos pecados: extraña sanción, ya que el único vínculo entre el actual equipo (que más bien recoge la herencia del Discovery) y la antigua de Vinokourov y Kashechkin es el nombre del patrocinador kazajo. Aparte de Contador, la sanción también nos impedirá ver a la eterna promesa (de 33 años) Andreas Klöden y al estadounidense Leipheimer, tercero el año pasado. No serán las únicas ausencias notables: en los sprints echaremos de menos a dos de los mejores especialistas, Alessandro Petacchi (sancionado por dopaje) y al ya mítico Tom Boonen (positivo por... cocaína...)

Como cada año, será el Tour más abierto de los últimos tiempos. A falta de Contador, se apuesta por Alejandro Valverde (acosado, pero nunca derribado por la Operación Puerto y flamante campeón de España), del australiano Cadel Evans (segundo el año pasado), del silencioso Carlos Sastre, de Denis Menchov, del renovado Damiano Cunego, de los hermanos Schleck (a quienes no detienen ni los barrancos) y hasta de Haimar Zubeldia.

Comienza el Tour y tendremos la misma ilusión de siempre, porque hay Tourmalet, porque hay Alpe D'Huez, porque las contrarrelojes no serán inhumanas. Comienza el Tour y lo hace fuerte: sin etapa prólogo. Tiene sus inconvenientes: es una etapa-escaparate bonita de ver (y sobre todo de asistir) y sin esa pequeña criba en la general, los nervios de la primera semana serán todavía más peligrosos. Tiene sus ventajas: será impresionante ver la lucha a muerte entre McEwen, Freire, Hushovd y algún tapado por los primeros maillots amarillos.
Y lo seguiremos, porque al amor verdadero se le perdona todo.

1 comentario:

  1. Exelente análisis Chimo. No entenderé nunca porque no dejan participar a Contador y su equipo. Para mi, aunque tenga otro nombre sigue siendo el Discovey, mas aun, el US Postal si quieren. Eso si, vi que Hincapie anda en un nuevo equipo gringo.

    Y esoty de acuerdo que por amor, todo se perdona.

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