martes, 7 de agosto de 2007

dos argentinas en un día


Poniéndonos en rollo exagerado y dicotómico (es decir, que la cosa tiene poco que ver con la realidad), este domingo conocí en pocas horas a dos Argentinas diferentes: la aristocrática, rica y elegante de la Exposición Rural (una especie de feria donde se exhiben los mejores animalitos del país) y la popular, bulliciosa y gritona del fútbol. Pero, como dije, hacer esa diferencia en dos países es bastante exagerada, porque al final, la Rural se ha convertido de una especie de zoo de animales turísticos lleno de niños y el fútbol lo viví desde la platea (tribuna), que cuesta la nada desdeñable cifra de 50 pesos (poco más de 10 euros, pero un lujo para un simple partido).
Para mí (y para muchos amigos a los que se lo he contado) resulta un poco chocante que lo más ranciamente oligárquico, rico y noble del país sea una exposición que consiste en tener varios pabellones (muy lujosos y antiguos y ubicados además en el barrio de Palermo, uno de los más exclusivos de Buenos Aires) llenos de animales de granja como vacas, ovejas o cerdos. Eso sí, ¡qué vacas!, ¡qué ovejas!, ¡qué cerdos! Había unas vacas con una piel que parecía ya cuero curtido y otras de la raza brahman con joroba y todo. También había unas ovejas del tamaño de mi amigo Rafa (que no es el hombre más alto del mundo, pero para ser una oveja es mucho), chinchillas a punto de convertirse en abrigos de piel carísimos y cerdos bien gordos durmiendo siestas interminables. Aunque creo que lo más curioso fue una exhibición (aparte de los pabellones hay también pequeños estadios para pasear a los animales) de llamas amaestradas (las pobres no tienen muchos recursos artísticos más allá de bajar la cabeza, pero le ponían voluntad).

La visita a la Rural me llevó hasta principios de la tarde (por supuesto, ver tantos animales da hambre y por suerte no faltaba oferta de choripanes y cualquier tipo de carne vacuna) y desde allí fui hasta el barrio de Parque Patricios para ver el partido entre Huracán (un histórico que regresaba a Primera) y el Arsenal de Sarandí (una ciudad del Gran Buenos Aires). El partido no era de lo máximo (aunque estuvo entretenido), pero la cancha, que no conocía, es una de las más bellas de la ciudad: una especie de olla, intimidatoria por lo cerca que está del césped, con las gradas inclinadísimas y con una portada principal que me recordaba al art decó de la del viejo Highbury. Y el ambiente, espectacular: unas veinte mil personas apiñadas en un espacio pequeñísimo, alentando al equipo y al mítico Turco, el entrenador que volvió al autodenominado sexto grande al máximo nivel.
Dos Argentinas, la del rico campo y la del barrio popular, que hoy comparten casi todo, pero en la que todavía hay algunos matices diferentes: nunca en mi vida había escuchado, como en ese estadio, tantas veces las palabras la concha de tu madre.

4 comentarios:

  1. Chaval:
    No me extraña lo de la Argentina popular, la que sí no me creo es lo de la exposición esa; habrá que verlo para creerlo.
    Por cierto, ¿qué tal la carne -me refiero a la comestible- en Argentina? Debe ser deliciosa.
    A ver si en un futuro post te escribes algo sobre los estadíos que has visitado.
    ¿Te enteraste de la propuesta de jugar al fútbol entre presidentes, que hizo Lula? Ya me imagino: Lula haciéndole un túnel (caño) a Zapatero mientras Chávez le propina un codazo a Calderón... aunque sea de su mismo equipo. ¿Qué tal estarían Bachellet y Maerkel de porteras en sus equipos?
    Vale, un abrazo.
    M A N U

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  2. Pues yo ni me quiero imaginar a Putin de sutil central leñero y camorrista. A lo Pablo Alfaro, pero con pasado en la KGB.
    Eso sí, lo de la exposición no lo veo tan descabellado. Como bien sabes, Chimo, en Argentina un buen bife es patrimonio nacional, y del ganado dependen muchos terratenientes (¿no son los de Benetton quienes controlan media provincia?).
    Además, en algunas partes de España las ferias ganaderas siguen pesando lo suyo. Zafra u Oviedo son dos ejemplos que se me vienen a la cabeza.
    A todo esto, he vuelto de Lugo, donde también hay muchas vacas.

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  3. aquí la carne es espectacular, pero por suerte para mis arterias, me estoy controlando de comer mucha carne.
    y tengo que ir a las ferias ganaderas españolas, porque ésta estaba mu bien (voy a hacer el chiste inevitable: estaba muuuuu bien) (después de esto, ya puedo morir).
    y manuel: cuando regrese escribiré sobre los estadios con la poca calidad que me caracteriza

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  4. hmmmmmmmmm, carne argentina(lease con voz y expresion de homer ante una rosquilla).

    ¿que tal estuvo huracan?

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